La Hermandad de La Cena es la primera de las siete hermandades que procesionan con tres pasos en la Semana Santa de Sevilla. El Martes Santo lo harán el Cerro y San Benito. El Miércoles las Siete Palabras. El jueves El Valle. Y el Sábado Santo, la Trinidad y el Santo Entierro.
Los tres pasos de la hermandad de la Cena son el misterio de la Sagrada Cena, el Señor de la Humildad y Paciencia, y la Virgen del Subterráneo.
En el primero de los ellos, el misterio que recoge el momento de la institución de la Eucaristía, el Señor eleva su mirada al cielo bendiciendo el cáliz. Los discípulos, alrededor de la mesa, entablan entre ellos toda una gama de diálogos y miradas muy expresivas.
En la delantera del paso podemos ver a Judas, el traidor, con la bolsa de las 30 monedas que le pagaron por delatar a Jesús.
A sus pies, delante de la mesa, podemos ver también la jofaina y la palangana, símbolo del lavatorio de los pies. Esta es la lectura del Evangelio que se proclama el Jueves Santo, el día de la Eucaristía y del amor fraterno. Más allá de tomar el pan y beber el vino, como Cristo dejó dicho la noche antes de ser apresado, no hay sacramento más grande que amar a los hermanos. Eso es lo que representa el lavatorio de los pies del propio Jesús a sus discípulos esa misma noche.
Jesús, sabiendo que había venido de Dios, que volvía a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad, se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior y se puso una toalla a la cintura. Luego vertió agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
–¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.
El número de figuras hace también a este paso uno de los más grandes de nuestra Semana Santa, y el más numeroso en cuanto a imágenes representadas.
El Señor es obra de Sebastián Santos, y el discipulado del artista gaditano Luis Ortega Bru. Su estilo es inconfundible, dotando a su obra de una gran carga expresiva. Contrastan con el Señor, a quien el maestro Sebastián Santos le dota de rasgos más clásicos buscando transmitir excelencia y divinidad.
El segundo de los pasos es el del Señor de la Humildad y Paciencia. Lleva como acompañamiento musical la Escolanía Salesiana, invitando aun más al recogimiento y a la oración. Un Cristo realizado, curiosamente, con telas encoladas, de autor anónimo del siglo XVI, y que despierta gran devoción en quienes lo contemplan. Su tamaño, su gesto, su mirada perdida… y su espalda… totalmente amoratada tras el castigo en los azotes. El Señor espera sentado, pensativo, su próxima crucifixión.
En estas andas el Señor de la Eucaristía, el día del Corpus, es llevado por los hermanos a presidir uno de los altares de este día tan importante y festivo en la ciudad.
Y la Virgen del Subterráneo. Con su clásico exorno floral. Claveles rosa pálido, rosa subterráneo. Uno de los palios más coquetos y más admirados en nuestra Semana Santa. La Virgen, también de autor anónimo que algunos atribuyen a Astorga, es una talla pequeña y bella. Es el corazón de un conjunto perfectamente diseñado por Rodríguez Ojeda para esta dolorosa, que pasea su realeza a los sones de la banda del Maestro Tejera cada Domingo de Ramos, derramando clase y dulzura.
Si clásicos son los sones de la banda Tejera tras la Virgen del Subterráneo, también lo son los de la banda de las Cigarreras tras el misterio de la Sagrada Cena. Más de 40 años tras el mismo, tantos como años de vida tiene la banda.
Como es lógico, la hermandad de la Cena es una hermandad sacramental. De ahí el color rojo de los cirios que portan sus nazarenos de túnica blanca.
¿Conoces más detalles interesantes de la hermandad de la Cena? Puedes escribirlos en los comentarios al vídeo para darlos a conocer a los que lo vean y escuchen.