Un auténtico y maravilloso retablo barroco toma vida y procesiona por las calles de Sevilla en la tarde del Viernes Santo.
La muy sobria hermandad de la Mortaja riza el rizo del barroquismo con una doble salida y entrada desde su compás del Convento de la Paz. Con la llamada al silencio y al recogimiento del muñidor, con los 18 ciriales que anteceden al paso de misterio, con el cuidado estético de todo su cortejo…
Antiguamente era conocida como “la piedad de Santa Marina”, pues la hermandad residía en esta conocida iglesia hasta su incendio en 1936.
Era una cofradía muy popular y de corte alegre, con una gran devoción a la bellísima Virgen de la Piedad. Su autor es desconocido, si bien muchos expertos la atribuyen a Pedro Roldán o a su hija, la Roldana. De sus manos probablemente también salieron las otras imágenes secundarias del imponente misterio. El Señor es Obra de Cristóbal Pérez, del siglo XVII.
La escena plasma el momento en el que María coge en sus brazos el cuerpo de Jesús tras ser descendido de la cruz.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en aquel perfume, según acostumbraban hacer los judíos para enterrar a sus muertos.
Arrodillados y apesadumbrados, Juan y las tres Marías, se sitúan a los pies del Señor.
La belleza del conjunto y su sabor añejo lo realza el propio paso. Se trata de uno de los más antiguos de la Semana Santa sevillana. Fíjate en sus candelabros de guardabrisas.
En sus esquinas también unos ángeles de gran valía artística del círculo de Roldán.
Hoy, ante la belleza de su cortejo fúnebre, no podemos imaginar a la Mortaja con ese corte alegre y de barrio de antaño. La hermandad que se reinventó a sí misma situando el cuidado de la estación de penitencia como centro y fundamento. Recuperó alguno de los elementos antiguos para subrayar esta intención. El muñidor abre el cortejo, llama la atención a los cofrades. Invita al recogimiento y a la contemplación del misterio que pone en la calle la hermandad. Tras él, la cruz de guía, con enagüillas, da paso a sus hermanos nazarenos, de túnica morada y antifaz y capa negras.
También es destacable el uso desde muy antiguo de 18 ciriales para anunciar la llegada del paso de misterio. Es tradición explicar en Sevilla que corresponderían al número de personas que asistieron al entierro de Jesús, pero esto no queda recogido como tal en las reglas o intención de la hermandad. Delante de ellos, la Escolanía de María Auxiliadora invita de nuevo al recogimiento y la contemplación del Misterio, que se acerca con paso firme y pausado al mismo tiempo.
Contempla el paso del misterio bajo la Giralda…
Aunque es una cofradía que es una delicia ver casi en cualquier lugar, trata alguna vez de ir a su salida o entrada. No lo olvidarás jamás.
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Queda unos segundos más con Ella, La Piedad. Y en el vídeo tienes también una fotografía del origen de esta devoción, la antigua Piedad de barro cocido que, milagrosamente, se halló en un hueco de la torre de Santa Marina.