Dicen que las cargas lo son menos cuando se reparten… al contrario que las alegrías, que se multiplican al compartirlas. Quizás podemos observar estas dos realidades en San Roque.
El Señor lleva su cabeza muy inclinada, buscar sus ojos quizás cuesta… Debes acercarte mucho al paso, pero merece la pena buscar su mirada, su rostro…
Más que apesadumbrado a veces nos parece pensativo, meditando… Pudiera parecer que se mete en sí mismo… ¿qué es esta carga?, ¿por qué esta carga? Incluso podría no darse cuenta de que detrás lleva ayuda…
¿Te podría pasar eso a ti en alguna ocasión? Quizás metido o metida en tu carga, dura o liviana, poca o mucha, no eres consciente de qué o quién puede estar ayudándote… ¿Quién sabes te ayuda aunque no lo tengas tan presente en tu día a día? ¿Se lo agradeces? Nunca es tarde, ya sabes…
Quizás el cirineo es Jesús y Jesús eres tú… Esta es la paradoja de este misterio que te cuestiona cada Domingo de Ramos cuando la hermandad de San Roque lo pone en la calle… ¿Eres consciente de quién es tu cirineo? Búscalo en sus ojos. Mira la mirada dulce del Cirineo tras el Señor. ¿No te remite al propio Jesús? ¿Quién es Jesús en el paso? Las penas, sus penas, lo que le duele, ¿quien y quiénes le duelen y a quiénes le gustaría aliviar su carga?…
Muchas preguntas, una sola respuesta: Tú puedes ser su cirineo…
Y cuando eres Cirineo, abres a la esperanza… incluso en el dolor, puedes proporcionar dulzura… Al menos podrás hacer posible el dicho: Las cargas son menos cargas cuando se llevan entre dos.
Son las alegrías las que se multiplican cuando las compartimos. Cuando Ella comparte, reparte su Esperanza, a todos nos llega…