Breve historia de la Hermandad del Buen Fin
Las noticias más antiguas que se tienen de esta Hermandad son del año 1590. El Gremio de Curtidores la funda para dar culto a una imagen de la Virgen con la advocación de Madre de Dios de la Palma.
La túnica marrón, a semejanza del hábito franciscano, expresa la íntima unión de Hermandad y esta Orden.
Desde su fundación hacía estación con el Santo Santuario portado por padres de la Orden. La Hermandad posee una reproducción a tamaña natural de la Síndone de Turín.
Los avatares históricos hacen que hermandad, devotos e imágenes cambien de un lugar de culto a otro. En 1908 se reactiva la hermandad y se recupera el crucificado de Sebastián Rodríguez que estaba en la Iglesia del Salvador.
En 1930 procesiona de nuevo la Virgen de la Palma, obra atribuida a Pedro Roldán. El singular palio, de crestería bordada y con ángeles en las caídas, se estrenó también en 1930.
El paso de Cristo ha pasado en el siglo XX por distintas configuraciones. Desde la profusión de figuras, la Virgen incluida, o el Señor con la Magdalena, o la más reciente escena de la entrega del permiso a Arimatea para retirar el cuerpo de Cristo. Lució majestuoso solo en su paso unos años, hasta la nueva incorporación del misterio de Darío Fernández en la Semana Santa de 2024.
El Cardenal Amigo Vallejo coronó canónicamente a la Virgen de la Palma en el año 2005.
El hito más importante en los últimos años ha sido la creación del “Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin”, que ha atendido a casi tres mil niños.
(fuente textos: web hermandad)
Sevilla tiene un sonido
que se te queda en el alma
al besar las bambalinas
los varales de la Palma.
Tras el Cristo del Buen Fin
la tarde se va a vestir
de túnicas franciscanas…
(Rafael González Serna)