Montserrat (Historia)

Breve historia de la Hermandad de Montserrat

La devoción y culto a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Montserrat, fue traída por los catalanes instalados en Sevilla para el comercio con América. Sus orígenes como hermandad de gloria o de luz se sitúan a finales del siglo XV.

La hermandad de penitencia se constituyó en la Iglesia de San Ildefonso. La cofradía adquirió auge a mediados del siglo XVII, al trasladarse a San Pablo. Comenzaron a ingresar en ella los mercaderes de lienzos, sosteniendo culto y gastos de la misma.

A mediados del siglo XVIII la hermandad decae, manteniéndose solo algunos cultos internos.

En la Semana Santa de 1849, varios jóvenes devotos se propusieron restablecerla, para ello se valieron del apoyo de los duques de Montpensier. En la tarde del Viernes Santo de 1851 volvió a efectuar estación de penitencia a la catedral.

El Señor es una de las obras cumbres de Juan de Mesa. La Virgen, de autor desconocido, atribuida a autores como Martínez Montañés, Juan de Mesa o Gaspar de la Cueva.

En 1859 formó parte del cortejo por primera vez una joven representando a la Santa Mujer Verónica. En 1865 se incorpora la representación simbólica de la Virtud Teologal de la Fe.

La hermandad llegó a procesionar con tres pasos. En el primero, alegórico, iba San Isaías escribiendo su profecía.

(fuente textos: web hermandad)

 

Cuando me llamas por mi nombre,

ninguna otra criatura

vuelve hacia ti su rostro

en todo el universo.

Cuando te llamo por tu nombre,

no confundes mi acento

con ninguna criatura en todo el universo.

Mírame Tú, Jesús.

Que yo sienta posarse sobre mí

tu mirada libre sin exigencias.

Que tu mirada se pose en mis sentidos,

y se filtre hasta los rincones inaccesibles

donde te espera mi yo desconocido,

sembrado por ti.

Déjame entrar dentro de ti,

para mirarme desde ti.

(Benjamín González Buelta sj)

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