Si toda la celebración de la Pasión en Sevilla tiene aires de fiesta y una cierta alegría contenida, es porque está bañada de la certeza de la resurrección. Hoy sabemos que la pasión no acaba en Sábado Santo, en muerte y sepulcro. Es solo una frontera, un paso hacia la vida con mayúsculas.
La joven Hermandad de la Resurrección tiene el privilegio de cerrar la Semana Santa sevillana, y la responsabilidad de llevar este mensaje definitivo de esperanza y vida a los cofrades.
Quizás, hoy, ese esplendor y mensaje ha conseguido calar aun más y mejor con la decisión de realizar su estación en la mañana del Domingo de Resurrección. Hace unos años la hermandad lo hacía en la madrugada, al hilo y término de la Vigilia Pascual que celebramos en esa noche toda la Iglesia.
Las mañanas de ese domingo se llenan de familias que arropan y celebran al modo cofrade la alegría de la resurrección. A ello contribuye el cuidado acompañamiento musical en sus pasos. También la alegría de un paso de palio, recién estrenado, que irradia luz por sí mismo y que hace aun más bello el rostro, ya sin lágrimas, de la Virgen de la Aurora.
Esta cofradía que nace en un colegio, el de la Salle de la calle San Luis, reside en Santa Marina.
En su primer paso el Señor Resucitado y un ángel que se dirige a nosotros para señalarlo. Ahí está a quien buscáis. No lo hagáis entre los muertos, pues está vivo… Como narra el Evangelio.
Jesús nos bendice y, no se nos olvide, también nos envía…
Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana, los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
–¡Paz a vosotros!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado.l Y ellos se alegraronm de ver al Señor. Luego Jesús dijo de nuevo:
–¡Paz a vosotros! Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros.
Cristo y ángel son obra de Francisco Buiza, que culmina todo un recorrido por la pasión, muerte y resurrección en las obras cristíferas en Sevilla: azotado en Las Cigarreras, crucificado en San Benito, y resucitado aquí en la propia Hermandad de la Resurrección.
La Virgen de la Aurora es obra de Antonio Dubé de Luque. Él mismo diseñó el palio con el que soñaba procesionase en Sevilla. Una gran obra de arte del bordado. Fíjate en la malla, en su techo abierto, la gloria…
Y quedarás atrapado por la gracia y aire de su alegre movimiento…
Son muchos cofrades los que acuden temprano a verlos, algo más desahogado de público, en su salida y bello saludo a la Hermandad de Montesión. Otros disfrutan de verlos pasar por la carrera oficial en un día que toda está abierta al público en general, que arropa a la hermandad y sus blancos hermanos nazarenos.
Las campanas doblan alegres en la Giralda. El Señor ha resucitado. La alegría es plena por una Semana Santa vivida y por la certeza de que su muerte y vida dan sentido a la nuestra.
Cierra todo el palio de la Virgen de la Aurora con su entrada. A sones de Amarguras. Himno oficioso de la Semana Santa Sevillana. Ella se va y comienza la víspera, la espera de una nueva semana mayor.