¿Fundación o «sentido»?

Mucho gusta a los cofrades debatir sobre detalles, orígenes, historia y curiosidades de nuestras hermandades. ¿El Silencio, Vera Cruz, los Negritos? ¿Cuál de ellas tiene el honor o privilegio de ser la más antigua de nuestras hermandades? Muchos se afanan en encontrar detalles, papeles que muestren o demuestren…

Sin menospreciar el valor histórico de lo que pueda significar, ojalá el mismo afán pudiese apreciarse en buscar el sentido profundo de nuestras hermandades. Con persistencia y ahínco, aun sabiendo que solo podremos atisbar parte del misterio. Porque, por ser misterio, en sí mismo, no puede del todo revelarse…

Pionera o no, de qué manera o en qué sentido, de lo que no cabe duda es que la Hermandad de los Negritos, lleva siglos siendo referencia. Volver a su fundación, como el nombre y advocación de su Cristo clavado en la cruz, es de obligado cumplimiento.

Es horizonte y razón de ser de lo que en esencia pudo transmitir con su vida el propio Jesús. Son los esclavos y marginados, los últimos, por raza o cualquier condición, los que le conmueven, a veces lo que realmente entienden la fuerza de su mensaje. Que le sigan, en procesión o no, que lo conozcan y pueda tener una palabra sanadora y de acogida para ellos, es su mayor tesoro… Porque sí, Jesús, al que clavaron en la cruz, tuvo y tiene sus preferidos. Abandona rebaños por una oveja perdida, celebra banquetes para hijos perdidos y vividores, se aloja en casa de pecadores y apartados de la sociedad, acepta y abraza al extranjero…

Quizás ese único paso en caoba y sus grandes faroles quieren anunciar la sencillez y claridad del mensaje que, por ser así, llevo a Cristo a la cruz. Una revolución que no casa con el orden establecido, que los que mantienen ese orden no quieren.

Sí, los negros son lo primero. ¿Imaginas la fuerza de ese mensaje en la época en la que se fundó la hermandad? Negros y esclavos. Es un orgullo que hoy, de toda raza y libres, sus hermanos sigan siendo portadores de esa rotundidad en la Palabra de Dios.

El comienzo de una de las marchas dedicadas a la Virgen de los Ángeles está inspirada en la hace años famosa canción de Antonio Machín “Angelitos negros”. Ese canto maravilloso a los ángeles que es el palio de los Negritos pone el acento también en la certeza del Reino para los afligidos y apartados…

Dichosos los que sufren, porque serán consolados.

Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra.

Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.

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