Breve historia de la Hermandad de Las Penas de San Vicente
En una hornacina de un convento de los Carmelitas Calzados de la Calle Baños, recibía culto hasta el siglo XIX una efigie de Jesús Caído en tierra. Su advocación, “de las Penas”.
El Señor caído vuelve la cabeza al pueblo con mirada mezcla de angustia y ternura.
Los frailes veneraban este pasaje como lo hacía San Juan de la Cruz:
El que a solas cae,
a solas está caído
y tiene en poco su alma,
pues de sí solo la fía.
El que cargado cae,
dificultosamente
se levantará cargado.
(San Juan de la Cruz)
El párroco de San Vicente en 1875 decide dar culto al Señor y en las Reglas toman como titular también a una imagen de María advocada de los Dolores. La Virgen es obra anónima del siglo XVIII.
Su primera estación de penitencia es un Domingo de Ramos, con dos pasos. El primero de misterio. Al Señor caído le enjugaba el rostro la Verónica y le rodeaba un grupo de sayones.
El Señor, atribuido a Roldán, posee túnica tallada con rico policromado. La comunidad carmelita lo mutiló para poder colocarle una túnica de tela.
Las andas del Señor y la Virgen, diseños de Cayetano González, han marcado un hito en las artes cofradieras.
La cruz de carey (1734) la porta el Señor desde el año 1968.
En 1943 Antonio Pantión compone la marcha “Jesús de las Penas”, que dedica a “su Cristo”. En 1970 compone “Tus Dolores son mis Penas”.
(fuente textos: web hermandad)
Tras esa cruz primorosa
viene el Señor de las Penas,
y con Él, triste y llorosa,
la Inmaculada Azucena
de la Reina Dolorosa.
(Antonio Rodríguez Buzón)