Observa el caminar pausado y elegante del Cristo de las Almas. Es único y reconocible entre todos los pasos de la Semana Santa Sevillana, que suelen ir sobre los pies, un paso más corto y rápido.
Quizás un mensaje para la también necesaria pausa que permita la oración y la contemplación. Todo es austeridad y cuidado de la estación de penitencia en esta hermandad que nace dentro de la Compañía de Jesús. Su cruz de guía arbórea da paso a los tramos de nazareno de túnica negra y cinturón de esparto que, en silencio, acompañan a sus titulares.
Al comienzo de su joven vida la Virgen de Gracia y Amparo procesionaba a los pies del Cristo de las Almas en un Stabat Máter aun recordado por muchos cofrades.
Ahora el Señor procesiona solo en su paso barroco y la Virgen acompañada desde hace pocos años de San Juan, que en un gesto de cariño trata de consolarla con el brazo derecho casi abrazándola por su espalda.
Para poder entrar y salir en su sede, la Parroquia de Omnium Sanctorum, ambos pasos deben echar a tierra sus costaleros. Especialmente dificultosa es la maniobra del paso de palio, pues el arco apuntado de la puerta ojival de la parroquia hace necesario que se haga de rodillas. Es el Martes Santo, por tanto, un día de difíciles salidas y entradas de hermandades. A los Javieres hay que sumar la otra puerta ojival de San Esteban, y las pequeñas dimensiones de la puerta de la parroquia de Santa Cruz.
El Cristo de las Almas es del artista portugués Jose Luis Pires. En la delantera de su paso lleva un relicario con un lignum crucis. Destacan también los ángeles de sus esquinas, de Francisco Buiza.
Jesús, llevando su cruz, salió para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo es Gólgota). Allí lo crucificaron
La Dulce mirada baja y rostro de María Santísima de Gracia y Amparo se la debemos a las manos de Fernández-Andes. Su paso de palio se encuentra en pleno proceso de renovación en sus bordados.
Como dato curioso, entre sus joyas, la Virgen cuenta con el escudo del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Nueva York. Un regalo de un grupo de bomberos que acompañó a la Dolorosa en Martes Santo de 2002 tras el trágico suceso del atentado a las torres gemelas en dicha ciudad norteamericana.
Disfruta ahora de los minutos que suceden a su salida de la Parroquia. Ya sabes que puedes dejar en los comentarios al vídeo otros datos de interés o curiosos que conozcas de la hermandad de los Javieres. Estamos encantados de seguir aprendiendo día a día con toda la comunidad cofrade.