La franciscana hermandad del Buen Fin pobla de cientos de nazarenos de túnica marrón el barrio de San Lorenzo. Este color de túnica recuerda, precisamente, al hábito franciscano. Y el carácter humilde, alegre y entregado de esta orden contagia y ha llenado la vida de esta hermandad.
El Buen Fin es hermandad centenaria, de una gran riqueza y tradición heredada. Su clasicismo puede contemplarse especialmente en su paso de Cristo, al que acompañan los también clásicos e inigualables sones de la Centuria Romana Macarena.
El Señor es una obra del siglo XVII, de Sebastián Rodríguez, discípulo de Juan de Mesa.
A lo largo de su historia ha procesionado con diferentes composiciones de misterio, acompañado de diversas imágenes al pie de la cruz. Hoy la hermandad, tras unos años de habernos mostrado al Señor en solitario, va a recuperar el misterio que recoge el momento en el que José de Arimatea entrega el permiso para poder llevar el cuerpo se Jesús a su sepultura. Lo hará con una preciosa composición que ha creado para la hermandad el escultor sevillano Darío Fernández.
Jesús dijo:
–Todo está cumplido.
Luego inclinó la cabeza y murió.
Después de esto, José, el de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era un seguidor de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Pilato le dio permiso, y José fue y se llevó el cuerpo.
La Virgen de la hermandad del Buen Fin tiene la advocación de La Palma. Es talla anónima también del siglo XVII. Su paso de palio es uno de los más bellos y singulares de nuestra Semana Santa. Sus ricos bordados están acompañados por ángeles tallados y policromados de Antonio Castillo Lastrucci. Este enriquecimiento en talla hace que sus bambalinas deban ir por el exterior de los varales, proporcionado un movimiento diferente a los demás pasos de palio de Sevilla. También es único en este palio su crestería bordada. La elegancia del mismo es completada por las corbatas adornan los entrepaños de las caídas en sus varales.
Fíjate también en su techo de palio, cuyo diseño, con motivos arquitectónicos, recuerdan a un palacio. En el centro está representado el santo sudario.
El Santo Sudario es titular de la hermandad. Por este motivo, desde hace unos años, los hermanos portan cada Miércoles Santo unas andas con una reproducción de la Sábana Santa de Turín.
Pero quizás lo que más y mejor caracteriza a la hermandad en Sevilla y de lo que sus hermanos y resto de cofrades se sienten especialmente orgullosos es de su obra social. La hermandad ha sido referencia para toda la sociedad por el Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin. Su labor, reconocida con la medalla de la ciudad y la declaración por el Ministerio del Interior como entidad de Utilidad Publica.
Todo un ejemplo de lo que hoy una hermandad puede y debe ser, referencia social, con un Buen Fin con el que el medio catequético de la cofradía en la calle cobra aun más sentido.