Imperial. La hermandad de la Sagrada Lanzada es la única de las sevillanas que posee este título. Se debe a que una de las hermandades que se fusionan en el transcurso de su historia recibe la aprobación de sus reglas del emperador Carlos V. Y bien pudiese aplicarse también el calificativo de imperiales a sus portentosos pasos y elegante cortejo.
Una cofradía de estilo neogótico en todos sus enseres, lo que la hace particularmente interesante contemplar con mirada atenta mientras pasan sus nazarenos de túnica y capa beige con brillantes antifaces de raso rojo.
Muchos cofrades acuden a su salida o entrada para verla en el también privilegiado entorno en el que se ubica su templo. La Plaza de San Martín. Por la puerta de la Iglesia de mismo nombre sale uno de los más voluminosos pasos de misterio de la Semana Santa sevillana. La escena recoge el momento en el que un soldado Romano atraviesa el costado del Señor para confirmar su muerte.
Era el día de la preparación de la Pascua. Los judíos no querían que los cuerpos quedasen en las cruces durante el sábado, pues precisamente aquel sábado era muy solemne. Por eso pidieron a Pilato que ordenara quebrar las piernas a los crucificados y quitar de allí los cuerpos. Fueron entonces los soldados y quebraron las piernas primero a uno y luego al otro de los crucificados junto a Jesús. Pero al acercarse a Jesús vieron que ya había muerto. Por eso no le quebraron las piernas.
Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua.
Desde sus inicios, esta hermandad centenaria ha recogido este momento con el soldado Romano montado a caballo. Al pie De la Cruz, las marias, San Juan y la madre de Jesús, que la hermandad venera bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía.
El Señor es obra de Antonio Illanes, las marias son del círculo de Astorga, San Juan es de autor anónimo (el más antiguo de nuestra semana santa), la Virgen de guía de José Ribero, y el romano y caballo de navarro Arteaga.
Todo el conjunto procesiona sobre un espectacular canasto de estilo neogótico florido. Su diseño está inspirado en la crestería del altar mayor de la Catedral de Sevilla. Destacan en él unos grandes ángeles inspirados en los que se encuentran en el sepulcro del cardenal Cervantes en la misma catedral.
El acompañamiento musical corre a cargo de la banda de cornetas y tambores de las Tres Caídas de Triana, cuyas composiciones e interpretación otorgan mayor majestuosidad al misterio.
La titular mariana de la hermandad es la Virgen del Buen Fin. No podemos perdernos detalle de este palio único en Sevilla en su estilo. El corte de sus bambalinas o caídas, los varales helicoidales y respiraderos (tallados y dorados, alternando plata y pinturas). Y su canastilla. Los pasos de palio no suelen llevar este elemento que eleva y realza la parte superior de las andas.
Todo, tal y como expresa el estilo espigado del gótico, para elevarse y buscar el cielo. Todo para cobijar a la Bella dolorosa de juan de Astorga, centro de las devociones de la hermandad.
Una historia tan larga y centenaria como la de esta hermandad deja muchos datos y anécdotas interesantes a conocer. Uno de ellos es que el crucificado de Martínez Montañés que se encuentra en la Iglesia del Carmen (el Cristo de los Desamparado) formó parte de este conjunto escultórico entre 1851 y 1916.
Otro dato interesante es que la saya de la Virgen del Buen Fin es la más antigua de nuestra Semana Santa.
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