Breve historia de la Hermandad de San Bernardo
Establecida canónicamente, desde sus orígenes, en la Iglesia Parroquial de San Bernardo, es la resultante de la unión de tres corporaciones diferentes. La más antigua es la Hermandad Sacramental, que data desde la fundación del barrio. La más reciente de todas, la Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio. Su origen, siglo XVIII, por iniciativa de unos muchachos del barrio que paseaban por las calles un Señor con la cruz a cuestas.
El año 1327, un vecino del barrio tullido, pidió salud a un crucificado de una capilla de San Lázaro. Al punto la recobró. Llegó este milagro a oídos del Arzobispo y mandó llevarlo a la Iglesia de San Bernardo y advocarlo con el título de Salud.
Ese Cristo fue sustituido por el perdido en los sucesos del año 36, atribuido a la escuela de Roldán, que tanta devoción suscitó. La talla actual, de autor anónimo, llega al barrio procedente de un oratorio de la Escuela de Cristo, encargado en 1669. El Cardenal Segura la elige como la mejor, a su gusto, para sustituir la anterior.
La actual imagen de la Virgen es de Sebastián Santos.
Conocida popularmente como la hermandad de los toreros, por haber contado en su nómina de hermanos con numerosos maestros de la tauromaquia. También tuvo vínculos con la fábrica de artillería. Hoy la hermandad tiene el título de “Artillero de Honor”, y el Regimiento de Artillería es Hermano Honorario.
(fuente textos: web hermandad)
Cruza la ronda y entra entre cornetas y gentío,
sin que nada ni nadie sea capaz de perturbar
el sueño del Redentor, que avanza suavemente…
Desde que te buscara un lejano día
pidiéndote un poco de tu Nombre para mi casa,
me has dejado atado a ti por un lazo mucho más fuerte
que una simple oración en un momento de zozobra…
Cristo de la Salud de San Bernardo,
que cruzas cada año la tarde de mi vida,
a tus plantas me tendrás para siempre como uno más
de esos cientos de hombres y mujeres
que todos los Miércoles Santo hacen renacer un barrio,
para que Tú sigas sanando corazones heridos de nostalgia…
(Enrique Esquivias)