Clase, elegancia, gusto, medida y un barrio señero y cofrade, como El Arenal… Esta querida y antigua hermandad lo tiene todo para conquistar al cofrade.
Camino ya de los 500 años de historia, la carretería atesora una esencia romántica indispensable en nuestra Semana Santa. Su cruz de guía, la más antigua, su paso de misterio, el barco del carbón, recién cumplidos los 100 años, con los candelabros más antiguos también de la semana santa, de forja, en hierro plateado… Su túnica nazarena, de terciopelo azul, con cíngulo dorado, la catalogada como más elegante; su paso de palio y su dolorosa, un tesoro que remite a la Semana Santa de siempre…, y el misterio…
El Cristo de la Salud en una obra extraordinaria, de autor anónimo. Su talla encuentra similitudes con otras realizadas por Montañés u Ocampo, por ejemplo. Está acompañado por el calvario más completo de la Semana Santa Sevillana. Los dos ladrones, a su lado, aun vivos, calvados también al madero, arropan al señor en la cruz. Mientras, a sus pies, la Virgen de la Luz, San Juan y las tres marías, lloran su muerte. En la trasera, los santos varones, Nicodemo y José de Arimatea, se disponen a poner sus escalas en la cruz para bajar al señor de la cruz.
Todas las imágenes secundarias son del círculo de Roldán, colocando a todo el conjunto como uno de los de más destacada calidad artística.
El misterio representa las tres necesidades que tuvo María al morir Jesús. Escaleras para bajarlo, sábanas para recoger su cuerpo, y un sepulcro para enterrarlo. Antiguamente en la parte delantera parece figuraba simbólicamente un sepulcro dorado y vacío, de pequeñas dimensiones. Se retiró por considerarse antiestético y dificultar la visión del conjunto del misterio.
Después de esto, José, el de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era un seguidor de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Pilato le dio permiso, y José fue y se llevó el cuerpo. También Nicodemo, el que una noche fue a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de perfume de mirra y áloe. José y Nicodemo, pues, tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en aquel perfume, según acostumbraban hacer los judíos para enterrar a sus muertos.
Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea fueron y vieron el sepulcro, y se fijaron en cómo sepultaban el cuerpo.
Todo el calvario procesiona en el magnífico paso de madera de caoba tallada, como hojarasca de hojas de cardo a la que una gran soga dorada anudada lo rodea, como recogiendo toda la hoja.
Otro de los detalles curiosos de este paso de misterio son sus zancos o final de las patas. Son en forma de garra de ave rapaz o dragón.
Unas andas de grandes dimensiones que hacen que la salida y entrada de la hermandad de su pequeña capilla y estrecha calle, sea casi un milagro cada año.
El imponente paso de misterio, acompañado muisicalmente por la Banda de las Cigarreras, atrae la mirada de miles de cofrades. La hermandad está cuidando ese atraer la mirada también hacia su dolorosa. La Carretería poseía uno de los palios más valiosos y ricos de la Semana Santa, de las hermanas Antúnez. Poco a poco está recuperando muchos de los detalles y enriqueciéndolo para cobijar la mirada alta y belleza madura de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad.
La Virgen es obra de Alonso Álvarez Albarrán. Y se enmarca dentro de las más antiguas y valiosas de nuestra semana santa.
El cuidado en la selección musical para acompañarla hace de su contemplación bajo su palio un lujo para los sentidos.
Como toda hermandad centenaria goza de múltiples curiosidades. Una de ellas es, por ejemplo, que la Centuria Romana Macarena formó parte de sus filas en siglos anteriores.
¿Y tú, conoces otros detalles y curiosidades de la hermandad de la Carretería? Puedes compartirlos con nosotros en el área de comentarios.