LA HINIESTA
Dicen los que saben de lenguaje y comunicación que el 90% de lo que trasmitimos es a través del lenguaje no verbal. Es mucho más lo que decimos solo con gestos, miradas, posturas, silencios…
Quizás es por esto por lo que los cofrades quedamos tan misteriosamente atrapados en el misterio que la Hermandad de la Hiniesta pone en las calles cada Domingo de Ramos.
La fuerza del dolor y el amor en ese diálogo imposible de María Magdalena y Jesús, ya muerto en la cruz, solo es superable, por el dolor que expresa La Piedad, la Madre con el Hijo fallecido en sus brazos.
Quizá esa fuerza que percibimos en su postrarse bajo la cruz, es también porque los que tenemos fe y nos sentimos realmente salvados por su vida y mirada podemos comprender lo que siente María…
Ella no quiere que te quedes en su rostro. Su mirada te lleva a Él, que es lo importante. Pero, sin embargo, nuestros ojos quedan muchas veces atrapados en María. ¿Y no es en esa mirada donde quizás podemos ver también mejor al propio Jesús? ¿No es eso lo que dijo a sus discípulos y discípulas? “Cuando hagáis, me verán a mí y verán al Padre”.
¿No es esto lo que ha hecho la Iglesia y tanta gente de fe durante milenios? ¿No es este el milagro real de su presencia resucitada hoy día? En el Padre Pateras, en el cooperante de la Cruz Roja, en el médico sin fronteras, en el voluntario en el Vacie, en la educadora del Centro de Estimulación Precoz o en el de Atención al Autismo…
La mirada llorosa y la mano en el pecho y brazo abierto de María es pura oración de acción de gracias. El rostro serenamente apagado del Señor, paradójicamente, muestra el diálogo imposible antes aludido. ¿Quién puede decir que ahí no hay diálogo, que el silencio aparente de Jesús no es también mensaje, comunicación, dictado, conversación con ella, contigo…?
María Madre, que sabe muy bien de escucha, de silencios y de oración. Contempla y acompaña desde el azul y plata de su palio, que sabe a cielo, el misterio de lo que ocurre cuando alguien se acerca a su hijo con fe y queda transformado para siempre.