Sevilla es la ciudad de la Esperanza.
La Semana Santa como expresión de la pasión que ya sabemos alumbrada por la resurrección. La madrugada y su noche, que da paso a la luz del día…
Y en plena metáfora de la vida que se abre paso… Ella. La Esperanza Macarena…
La más universal de las devociones marianas de la ciudad conquista nuestras calles, el corazón y las miradas de todos los cofrades que cada año acuden a verla en su salida. En la noche o el el día. Con música alegre o melódica y profunda.
Cortas quedan las palabras para describir a la dolorosa, su manera de vestir y su paso de palio, que ha marcado el estilo de tantas otras vírgenes y pasos de palio en todo el orbe cofrade.
Rodríguez Ojeda, a partir especialmente del desaparecido palio rojo de la Macarena, le dio una impronta única que sigue hoy día siendo referencia.
Pero ella sola, su rostro lo llena todo. ¿Quién pudo haberla creado? No lo sabemos. Los expertos la atribuyen a algún discípulo de Pedro Roldán.
Como tú ninguna. Lo expresó así el pregonero y ahora así lo enuncia la conocida marcha de David Hurtado.
La música es otro de los sellos de la Macarena.
En el Señor de la Sentencia por la Centuria Romana Macarena. Los sones clásicos de cada madrugada…
En la Virgen con las populares y conocidísimas marchas dedicadas a ella y que magistral e incansablemente interpreta el Carmen de Salteras en las más de 12 horas de procesión: Esperanza macarena, Pasa la Virgen macarena, Macarena de Cebrián, Macarena de Abel Moreno, Coronación de la Macarena… Auténtica banda sonora de la Semana Santa.
El Señor, en el injusto trance de su sentencia, en su humilde y bella mirada, parece también ceder el protagonismo a su madre. Pero la hermandad trata de subrayar su reinado.
Vestido con las mejores galas y túnicas bordadas posibles, rodeado de un maravilloso paso de misterio y escenografía de Castillo Lastrucci, acompañando por su Centuria Macarena que viste las mejores galas y desfila marcial tras Él.
Todo para acompañar al Señor que escucha la sentencia mientras pilatos se lava las manos y Claudia Prócula ruega, sin éxito, que no sea condenado a muerte.
Preguntó Pilato:
– ¿Y qué haré con Jesús, a quien llaman el Mesías?
–¡Crucifícalo! –contestaron todos.
Pilato les dijo:
–Pues ¿qué mal ha hecho?
Pero ellos volvieron a gritar:
–¡Crucifícalo!
Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que el alboroto era cada vez mayor, mandó traer agua y se lavó las manosj delante de todos, diciendo:
–Yo no soy responsable de la muerte de este hombre. Es cosa vuestra.
Además de Pilato y Claudia Prócula, las otras figuras secundarias que aparecen en el paso son el esclavo que porta la palangana en la que ofrece el agua a Pilatos, el lector de la sentencia, un sanedrita y tres soldados romanos.
Fíjate en los ángeles y medallones de la canastilla. Son del imaginero Luis Ortega Bru.
Los costaleros ponen rúbrica a la escena y música con su acompasado paso de costero a costero.
Esta manera de andar es característica de este misterio, junto con su pequeño paso atrás que remata muchas de sus marchas procesionales.
Toda una maravilla para los sentidos esta hermandad a la que acompañan miles de nazarenos cada Madrugá. Siendo actualmente la más numerosa en cuanto a hermanos nazarenos.
Seguro que tú conoces más detalles interesantes o curiosos de la Hermandad de la Macarena. Puedes contárnoslos en los comentarios a este vídeo. ¡Los esperamos!