Jesús, llevando su cruz, salió para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo es Gólgota).
Madrugá de Canela y Clavo, Mi Cristo de Bronce, Madrugá Gitana… Cuántas expresiones de orgullo para recoger el aroma y esencia indiscutible y personalísima que la Hermandad de los Gitanos tiene y pone en la calle cada Madrugá del Viernes Santo en Sevilla. Un signo de los tiempos y expresión fiel de la religiosidad popular que las cofradías atesoran.
Al recientemente fallecido Juanma Martín (conocido como la voz de bronce por su inconfundible y rasgada voz) debemos el poder disfrutar cada año del caminar pausado, sobre los pies, siempre de frente, del Señor de la Salud. Un andar costalero que permite a los devotos quedar prendados ante su paso.
Su banda alterna marchas pausadas con otras con tintes flamencos que hacen vibrar también a quienes le siguen por las calles sevillanas.
A pesar de haber perdido en los violentos acontecimientos de la guerra civil sus valosísimos titulares, atribuidos al escultor sevillano Montes de Oca, la hermandad se rehízo y ha consolidado un valioso patrimonio devocional y humano entorno al Señor de la Salud y a la Virgen de las Angustias. Ambas imágenes son de Fernández-Andes, quien tuvo el privilegio y compromiso de devolver la ilusión y devoción de toda una hermandad hacia sus titulares.
El escultor trató de acercarse a la imagen antigua en la nueva obra del Señor de la Salud, otorgándole rasgos faciales gitanos. Su postura erguida y decisión al cargar de la cruz muestra esa disposición a ser también alivio de nuestros males. Su cara bella y dulce, la serenidad que necesitan cuantos pasan por el trance de la enfermedad. Un mensaje para todos los que lo contemplan. Un mandato: id por todo el mundo, sanad a los enfemos…
Observa a su paso los característicos faroles que lo iluminan, así como los evangelistas en sus esquinas, que son unas magníficas obras del imaginero Francisco Buiza.
María Santísima de las Angustias procesiona en un bello palio de malla de oro. Al igual que en otras hermandades con una fuerte devoción cristífera, podría pasar desapercibida a algunos cofrades, pero todo el que acude a verla queda prendado de la belleza del conjunto de dolorosa y palio.
Fíjate en sus varales, de estilo salomónico, inspirados en el baldaquino de San Pedro en el Vaticano.
No debes perderte algún año presenciar su salida o su entrada. Esta hermandad gitana, nacida en Triana, en la cava, tiene ahora templo propio en la otra orilla de la ciudad.
Que el Señor de la Salud salga a tu encuentro con La Saeta de fondo, es uno de los momentos más bellos de la Semana Santa sevillana.
Recientemente un grupo de devotos ha regalado a la hermandad y al Señor una nueva túnica bordada que llevó en la estación de penitencia de 2019. Se trata de un diseño que recupera la perdida en los sucesos de la Guerra Civil. Una túnica probablemente de Rodríguez Ojeda que sorprendió por su valía y de la que los hermanos se sentían tan orgullosos de haber podido sufragar con la suma de sus humildes aportaciones.
De entre sus nazarenos de túnica y capa blanca con antifaz morado de terciopelo, uno destaca por un curioso detalle. A pesar de ser el portador de la Cruz de Guía, no deja de llevar en todo el recorrido en sus manos unos claveles rojos.
Detalles curiosos que encierran historias entrañables en nuestra Semana Santa. ¿Conoces tú otros detalles de la hermandad? Puedes compartirlos con nosotros en los comentarios a este vídeo.