Conoce la Hermandad de El Santo Entierro

Al propio Rey Conquistador de la Ciudad, San Fernando, cupo el honor de regir y crear esta hermandad, motivado por el hallazgo de una primitiva efigie del Señor Yacente entre dos paredes de una casa del barrio de los Humeros, en donde se edificó una Capilla al sitio denominado del Monte Calvario.

De esta manera recoge la propia hermandad su histórico origen y vinculación siempre estrecha con las autoridades de la ciudad y el país. No obstante, se trata de la hermandad que tiene el honor y la responsabilidad de representar en la calle el entierro del Señor. Si cualquier funeral de personalidades significativas va acompañado de importantes gestos y símbolos, ¡cuánto no mayor debería ser el que realizaríamos para el Rey de Reyes!, para la persona más importante de la historia de la humanidad.

En el Santo Entierro participan personalidades del ámbito civil y religioso.

Representaciones de la Universidad, de las Reales Academias, del Consejo de Cofradías, cónsules, órdenes militares, del ayuntamiento, cuyo concejal más joven porta el pendón de la ciudad y, por supuesto sacerdotes, canónigos de la catedral y el propio arzobispo de Sevilla. También la mayoría de las hermandades llevan representación de hermanos y sus estandartes. Con sus túnicas dan un colorido especial al cortejo.

Todos para acompañar al Señor ya muerto, Yacente, en su urna.

Un paso de estilo gótico, como el de toda la hermandad, con el que también se recoge el espíritu del movimiento artístico, que con sus formas apuntadas, busca el cielo, elevarse y elevarnos.

Tras los cristales de la urna, iluminados con luz artificial en la noche, podemos ver al Señor Yacente. Una magnífica obra de Juan de Mesa, con su firma encubierta de la ceja traspasada por la espina en su ceja izquierda. Su cabeza apoyada en una almohada y su cuerpo rígido, con las rodillas encogidas producto de la postura en la cruz.

Sigue al Señor un palio fúnebre, negro… Señal de luto riguroso.

Es uno de los cuidados símbolos en la cofradía. Un grupo de monaguillos porta los atributos de la pasión.

Un tramo de romanos desfila para rendir honores al Señor y se arrodilla cuando el paso se detiene.

El primero de los pasos es el conocido popularmente como el de la canina. Realmente es el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz sobre la muerte. Mors Morten Superavit. La muerte ha superado, ha vencido, a la propia muerte. Esta está representada por ese esqueleto que porta una guadaña. Se encuentra sentada sobre la tierra. La muerte, supuestamente está por encima de la vida terrenal, pero se muestra apesadumbrada… No tiene todo el poder tras la resurrección de Cristo. Bajo la misma un dragón, con una manzana en la boca. Recuerda al mal, que también ha sido vencido por el amor entregado hasta el final en la cruz.

Y el tercero de los pasos de la hermandad del Santo Entierro es el conocido como el paso del Duelo. Está inspirado en el rito de expresar la condolencia a los familiares de la persona fallecida. Es por eso que María está acompañada de los santos varones, San Juan y las tres marías; los que podemos deducir de los relatos evangélicos que estarían más cerca de ella en el duro trance tras la sepultura de Jesús.

Se trata de un conjunto de alto valor artístico.

La dolorosa, la Virgen de Villaviciosa, es de Antonio Cardoso de Quirós, mismo autor del misterio del triunfo de la santa cruz, del siglo XVII. El resto de imágenes son de Juan de Astorga.

Muchos detalles en esta antigua hermandad. Mucha historia rica y legado que hoy, en ocasiones, podemos disfrutar de lo que significó para la ciudad con celebraciones como las del Santo Entierro Grande, en la que participan diferentes pasos de varias hermandades de la Semana Santa sevillana.

¿Conoces tú otros legados históricos o detalles de la hermandad del Santo Entierro? Puedes compartirlos con toda la comunidad en el área de comentarios al vídeo.

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