La Hermandad de la Trinidad es una de las más antiguas de nuestra ciudad. Más de 500 años de historia la acompañan. Su pujante vitalidad y la comunidad salesiana a la que está tan íntimamente vinculada la hace parecer siempre joven.
Esa tradición histórica se ve reflejada también en uno de los pasos alegóricos más conocidos de nuestra Semana Santa. Antiguamente era muy común que las hermandades tuviesen pasos con representaciones hoy inimaginables como el eclipse en el Museo, las virtudes teologales y los evangelistas en la Hiniesta, el Dulce Nombre de Jesús en la quinta angustia, o los santos Andrés en los Panaderos o Isaías en Montserrat.
Curiosamente, el Sábado Santo procesionan tres pasos alegóricos: el Santo Varón de Dolores, el Triunfo de la Santa Cruz y este del Sagrado Decreto de la Trinidad, que da nombre a la corporación.
Podemos ver a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que presiden el paso. Tras ellos, la fe, con ojos aparentemente vendados, pero que permiten ver, ya que la fe no es ciega completamente… Al lado del Hijo, la Iglesia antigua, como mujer dormida. Los cuatro padres de la iglesia latina frente a la Trinidad: de pie, San Gregorio y San Ambrosio; arrodillados, San Agustín y San Jerónimo. En medio de ellos un ángel lanza un dardo al costado de Cristo, simbolizando el amor divino. En la delantera, el Arcángel San Miguel clava una lanza al pecado, un dragón…
Este misterio que parece mostrar el cielo y la Virgen, que es Esperanza, nos abren a una visión más completa sobre el propio Sábado Santo. Se trata de un día de luto, pero que no deja de estar iluminado por la vida y la resurrección de la que ya somos conocedores.
La Virgen de la Esperanza es una de las dolorosas más bellas de la ciudad. Es el nuevo camino en las dolorosas, mezcla de dulzura y juventud, que emprende y abre para otros el gran imaginero Juan de Astorga.
Un dolor bello que hace que, precisamente a través de la belleza, trascendamos de lo inmediato.
Su mirada baja transmite también ternura. Una obra que realmente nos muestra a la Esperanza.
La Esperanza de la Trinidad procesiona en un completo paso de palio de terciopelo verde bordado en oro. Una de las grandes joyas de nuestra Semana Santa.
Especialmente destacados son sus respiraderos, con capillas de patronas de Andalucía, tallas de Sebastián Santos.
Y aquí no queda todo. La Hermandad de la Trinidad tiene un tercer paso, el segundo en su cortejo, con un misterio del Calvario. Lo preside el Cristo de las Cinco Llagas. Una advocación centenaria con una imagen de poco más de dos décadas, pero con la sagrada unción de tallas históricas. Una maravillosa obra de Luis Álvarez Duarte que, inspirado en la propia Esperanza, lo talla con mimo para que todos lo reconozcan claramente como su hijo.
El misterio representa justo el momento previo a ser descendido de la cruz.
Uno de los santos varones ya está subido a la escalera para, con el sudario, coger el cuerpo de Jesús. Lo esperan bajo sus pies María Santísima de la Concepción, San Juan, las tres marías y José de Arimatea.
La hermandad ha terminado la ejecución de las nuevas andas del paso de misterio hace pocos años. Una obra portentosa a la altura de todo el misterio e historia de la corporación.
Es especialmente emocionante poder presenciar su entrada en la ya madrugada del Domingo de Resurrección.
El recogimiento de su callejuela con naranjos hacia la pequeña plaza que cobija la basílica de maría Auxiliadora lo hace un momento especialmente bello. Además, en un lugar que favorece una acústica extraordinaria, podemos disfrutar de las tres grandes bandas que acompañan a sus pasos: Las Cigarreras en el Sagrado Decreto, Tres Caídas de Triana tras el misterio de las Cinco Llagas, y la Banda de la Oliva de Salteras con la Virgen de la Esperanza.
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